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domingo, 24 de abril de 2011

Robert Mugabe, ése amigo de los homosexuales africanos





En nuestros viajes por África hemos sido testigos del creciente clima de represión y marginación que los homosexuales están sufriendo en algunos países del continente. Como siempre sucede, cuando se genera un odio tan irracional, tan estúpidamente primario, hay gente detrás que lo alienta, insufla y disemina en pos de ganar ascendiente sobre las masas, de acrecentar su parcela de poder.

Ya Hemos hablado en estas páginas del significativo rol que las iglesias evangélicas tienen en esta historia. Muchas veces, con el apoyo financiero e intelectual de sus pares en los EEUU. Lo denunció el New York Times tras la presentación del proyecto en Uganda de la llamada Ley Anti-homosexuales, que establece la muerte en la horca para los reincidentes, entre tantas otras barbaridades.

El diputado David Bahati, impulsor del proyecto que desde 2009 se está debatiendo en el parlamento ugandés, mantiene estrechos vínculos con los pastores estadounidenses de la derecha más reaccionaria y conservadora. Esos que viajan a África dando conferencias en las que enseñan técnicas para ‘ curar’ la homosexualidad, como Don Schmierer, miembro de la organización Edoxus International, que tiene entre sus fines "movilizar la gracia de Cristo en un mundo conmocionado por la homosexualidad’ .

Uno de los más notorios representantes de esta iglesia en pie de guerra contra la orientación sexual ajena es el reverendo Rick Warren, que en una visita al continente en 2008 comparó la homosexualidad a la pederastia. También está el candidato republicano a la presidenciales de 2012, Mike Huckabee, que sostiene que legalizar los matrimonios homosexuales es equivalente a dar estatus legal al incesto, la poligamia y el abuso de drogas.

Gobierno a través del odio

Algunos políticos africanos están también detrás de esta ola de deliberada persecución – que incluye linchamientos y las llamadas ‘ violaciones correctivas’ de lesbianas – y marginación de los homosexuales. El presidente de Gambia, Yahya Jammeh, ha declarado en más de una ocasión que desea imponer leyes más estrictas que las de Irán. En 2008 dijo que los gays debían ser colgados y les dio 48 horas para salir del país.

Pero la palma se la lleva Robert Mugabe, que discurso tras discurso culpa a los homosexuales de cuanto problemas sufre Zimbabue. El héroe de la Indepedencia de 1980, convertido hoy en tirano cruel y cenil, da la impresión de haber encontrado en los gays un objetivo fácil de atacar.

Según Mugabe, la homosexualidad se encuentra reñida con los valores africanos. La considera una práctica importada por los colonizadores. Recientemente ha dicho que los europeos no deberían meterse en los asuntos de Zimbabue, pues bastante tienen con haberse convertido en "reinos gays".

Discursos incendiarios y leyes

El octogenario autócrata hizo pública por primera vez su homofobia en 1996, durante la Feria del Libro de Harare. Frente en a un auditorio en el que se encontraban Nadine Gordimer y Wole Soyinka declaró:

Degrada la naturaleza humana. No es natural. Y es imposible permitir que haya gente que se comporte peor que los perros y los cerdos. Si los perros y humanos no lo hacen, ¿por qué lo vamos a hacer los humanos? Tenemos nuestra propia cultura y debemos dedicar a los valores tradicionales que nos hacen persona... Lo que nos quieren hacer aceptar es una conducta que nunca vamos a permitir.

No hace falta decir que los premios nobel de literatura escucharon las palabras de Mugabe con estupor. Un discurso populista que mientras más empeoraba la economía de Zimbabue – declive que se aceleró tras las expropiaciones a las tierras de campesinos blancos y que desembocó en la más alta hiperinflación del planeta -, mayor violencia fue alcanzando.

La tolerancia hacia la homosexualidad en la vecina Sudáfrica – país que después del apartheid terminó con las leyes contra la sodomía, pues nacía una nación diversa, tolerante, para todos: negros blancos, mestizos, homosexuales... la llamada "nación del arco iris" -, siempre lo irritó. Desde 2006, los surafricanos del mismo sexo pueden contraer matrimonio.

Arresto civil

En 2006, por contrapartida, se aprobó en Zimbabue una ley que criminalizaba la homosexualidad. Hasta el gesto más nimio entre dos hombres – un roce de manos, un beso, un abrazo – puede conducir a la cárcel. Se la conoce como la "Ley contra la desviación sexual". Hasta aquel momento sólo la sodomía era penada.

Así como David Kato, que murió asesinado en enero, ha sido la conciencia de los gays de Uganda, Mugabe tuvo que enfrentarse al activista Peter Tatchell, que dos veces intentó detenerlo: en 1999 y en 2001. Trataba de realizar un arresto civil bajo los cargos de violación de los derechos humanos. La segunda ocasión, en Bruselas, recibió una paliza de los guardaespaldas del presidente de Zimbabue. Su gesto de valentía sirvió para que el mundo tomara conciencia de la homofobia de Robert Mugabe.


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