En el pasado mes de julio dos musulmanes repartieron, frente a la mezquita de Derby, unas octavillas en las que se pedía la pena de muerte para los homosexuales. Este jueves, han tenido que declarar ante un juez de la localidad los “creyentes” homófobos por un delito de incitación al odio por motivos de orientación sexual.
Rezwan Javed de 30 años y Kabir Ahmed de 27, son los primeros acusados en virtud de la nueva la ley británica que persigue los actos criminales de carácter homofóbico. La ley, que entró en vigor en marzo de 2010 , no cuenta con el apoyo de la comunidad musulmana “británica”.
Difícilmente sostenible es afirmar que el Islam sea una religión respetable y condenar, al mismo tiempo, la expresión pública de su doctrina “revelada por Alá”, cuando se pronuncia sobre ciertos temas de manera categórica pero “coherente”. ¿Quiere esto decir que los imanes y devotos musulmanes, deberán guardar silencio y no denunciar el “horrendo pecado de la sodomía”, condenado por Alá con la muerte? ¿deberán omitir los imanes en las mezquitas toda sura y hadiz que ordena la lapidación de la adúltera o la amputación de la mano del ladrón? … ¿es realmente conciliable el Islam con nuestros principios democráticos?
Y mientras en la Gran Bretaña reflexionan sobre tan interesante cuestión, Alison Dawson de 46 años, fue pateada en presencia de su hijo de 9 por un taxista musulmán, al intentar la británica depositar unas cervezas en el maletero del vehículo. Daily Star.
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