5.300 deportistas en 28 categorías, venidos de toda Europa, participaron, entre el 24 y el 27 de julio, en los juegos deportivos de Barcelona, dirigidos a la comunidad LGBT (gays, lesbianas, bisexuales y transexuales) de todo el continente. La cercanía con el comienzo de los Juegos Olímpicos de Pekín nos invita a analizar la situación de los homosexuales en China, cuyos derechos son, a menudo, violados. «Lo que pretendemos con los Eurogames es tener un lugar de encuentro. Queremos mejorar la visibilidad y la cooperación entre los miembros de una misma comunidad de intereses», afirma Pepe García Vázquez, copresidente de la Federación europea de deporte de gays y lesbianas, encargada de organizar los Eurogames junto con las asociaciones locales.
Esta federación agrupa más de 16.000 miembros de 110 asociaciones en 21 países europeos, cuyos principales fines son luchar contra la discriminación y fomentar la integración y emancipación en el deporte de gays y lesbianas. «Me preguntan constantemente si no es fomentar la creación de un gueto celebrar unos juegos especiales para homosexuales. Los guetos no los crean las personas, sino que es una producción de la sociedad», afirma García, que nos cuenta además que estos juegos no están solo reservados a homosexuales, si no que cualquier persona es bienvenida, «siempre buscando la excelencia deportiva».
SOLO UNA DECENA DE HOMOSEXUALES EN ATENAS 2004
Para García, la propia necesidad de organizar estos juegos es un síntoma de que la homofobia sigue muy presente en el deporte, donde ciertos problemas de la sociedad se ven más acentuados: «En el fútbol, por ejemplo, el primer insulto sigue siendo el insulto homófobo». En lo que se refiere a los juegos olímpicos y al deporte de alto nivel, García recuerda que la cantidad de deportistas en activo fuera del armario es ínfima, y que algunos «acaban haciéndolo cuando son veteranos. Se trata de una discriminación sorda», motivada por el miedo al rechazo de los compañeros o la pérdida de contratos publicitarios. Pone como ejemplo los pasados juegos olímpicos de Atenas 2004, donde «de 11.000 deportistas solo un par de hombres y 9 ó 10 mujeres se declaraban abiertamente homosexuales, y normalmente en deportes individuales, como la equitación».
Aunque un estudio de ChinaBBS (organismo dedicado a la investigación social financiado por la fundación Volkswagen) estima que la población gay y lesbiana en el país ronda los 30 millones, en China no hay deportistas abiertamente homosexuales. Así lo explica Reggie Ho, delegado honorífico de la asociación Horizons con sede en Hong Kong, cuyo fin es procurar ayuda sobre orientación sexual e identidad de género. «En China, la homosexualidad no es ni siquiera reconocida como un hecho (fue descatalogada como delito en 1997, tras haber sufrido una dura represión durante la Revolución Cultural), aunque las minorías sexuales son objeto de persecución, motivada por otras leyes que no están abiertamente contra ellos –como las que se refieren al orden público o la seguridad–». Matiza que la situación en Hong Kong, Macao y Taiwán, herederas de leyes de las antiguas potencias coloniales, es distinta, aunque aún no reconocen las uniones del mismo sexo o leyes contra la discriminación por razones de orientación sexual.
SIN CAMBIOS A LA VISTA
Ho, se muestra poco confiado en que la celebración de los Juegos Olímpicos vaya a cambiar las cosas. «Pekín tiene otros asuntos mucho más apremiantes, aunque siguen persiguiendo a las minorías sexuales –por ejemplo los bares gays son asaltados con regularidad– porque existe un miedo a lo desconocido y piensan que estas les dan mala imagen. Los derechos de los homosexuales se encuentran en lo más bajo de su lista de prioridades».A pesar de que algunas figuras en China se han organizado para luchar contra la discriminación de las minorías sexuales, llegando incluso incluso a obtener ayudas gubernamentales bajo el pretexto de luchar contra el SIDA (aún muy vinculado en el imaginario chino a la comunidad homosexual), los homosexuales siguen en su mayoría ocultándose: «Algunos activistas han trabajado desde Internet. De hecho la mayoría de la minorías sexuales en China cuentan con Internet para crear un espacio donde puedan ser ellos mismos».Pedro PicnArtículo publilcado originalmente en Café Babel
No hay comentarios:
Publicar un comentario