COMUNICADO DE LA UNIÓN DE ASOCIACIONES FAMILIARES, FEDERACIÓN DE MUJERES PROGRESISTAS Y FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE MUJERES
SEPARADAS Y DIVORCIADAS
Madrid, 6 de enero de 2008
Los Obispos se han lanzado a la calle. No es la primera vez. Pero esta vez lo han hecho con todo descaro, no agazapados, sino convocando al pueblo a manifestarse. Y le han hablado. Micrófono en mano, atronando a la gente con sus soflamas. Y le han dicho cosas tremendas. Lo que importa es el género de cosas sobre las cuales se han manifestado los obispos.
Somos muchas las entidades, organizaciones y organismos que nos manifestamos en la calle para decir a la ciudadanía lo que nos corresponde según la representación que ostentamos. Que, en un caso serán los intereses de los trabajadores; en otro serán los intereses de España en Europa y en el mundo, la defensa ética de la sociedad, la lucha contra el terrorismo etarra o el machista, el No a la Guerra, etc.; en fin, cosas que a todos nos afectan.
En la última concentración convocada por los Obispos españoles, lo que éstos lanzaron a la multitud fue todo un género de ataques a la labor de la actual Legislatura, a la interpretación de los Legisladores sobre las normas constitucionales, a la aplicación de los derechos humanos, o a la discrepancia de la política gubernamental con la moral católica sobre la familia. Pero los oradores que podían haber dicho todas esas cosas con todo su derecho desde los púlpitos en sus templos y catedrales, - cometieron el gravísimo atentado de abrir debate público.
Los Obispos y Prelados convocantes de la manifestación, y los oradores que en el acto se expresaron, lo hacían arrogándose la autoridad moral de una religión que no está reconocida constitucionalmente como oficial del Estado, y por la potestad autocrática de una ficción jurídica que es el Estado de la Ciudad del Vaticano, con la intrusión del Jefe de dicho sedicente Estado en el acto multitudinario por el moderno sistema de la videocomunicación, rompiendo normas fundamentales que el ordenamiento español reprueba. Frente a un suceso tan grave de la vida nacional no cabe más que la defensa contundente de parte del Gobierno, como se haría con cualquier otra intromisión semejante en la política nacional bajo los signos y jerarquías de cualesquiera de las otras asociaciones reconocidas. ¿O soportaría el atentado a su independencia política un Gobierno de España impasible, sin proceder a llamar de inmediato a consulta a su Embajador correspondiente para revisar con toda urgencia la crisis internacional abierta?
En el caso de las relaciones España-Vaticano la solución es clara: La denuncia formal de los Acuerdos concordatarios de 1979, como enteramente incompatibles con los artículos de la Constitución que antes se han citado, dado el menosprecio que la Iglesia demuestra haber hecho de los mismos. Lo reclama la dignidad del Estado. El más elemental sentido de la Democracia. Y el derecho de los ciudadanos.
UNIÓN DE ASOCIACIONES FAMILIARES
Juana Angulo Fernández,
FEDERACIÓN DE MUJERES PROGRESISTAS
Yolanda Besteiro de la Fuente,
FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE MUJERES SEPARADAS Y DIVORCIADAS
Ana Mª Pérez del Campo Noriega,
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